Miradas, gestos y colores son elementos que se ponen a disposición de la imagen y de su fin comunicativo. Este retrato de un padre y un hijo, representa la protección que otorga uno al otro. Se crea un vínculo emocional en que el padre es símbolo de seguridad y el hijo de tranquilidad. Esta fotografía cuenta con la participación del fotografiado ya que es un posado, un retrato formal que ha sido planteado anteriormente y que refleja ternura e instinto paternal.
Los ingredientes para un buen retrato son muy simples, se ha de contar con una iluminación atractiva que capte algún rasgo del carácter de la persona. La iluminación en esta fotografía entra desde el lado derecho, dejando la parte del rosto ensombrecida en algunas partes. Podemos decir que en este caso el rasgo que resalta son los ojos, estos contrastan profundamente con la tonalidad oscura del fondo.
No hay reglas, pero las expresiones y los gestos son importantes. La posición de las manos, los brazos y el tronco del sujeto fotografiado son elementos de máxima importancia en un retrato. El fotógrafo se podría haber limitado a fotografiar únicamente los rostros de los personajes, pero ha ido más allá fotografiando las manos, elemento de sujeción muy simbólico para la fotografía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario