Este tipo de fotografía es muy común, ya sea para profesionales o principiantes, ya que en cualquier lugar del mundo hay paisajes dignos de ser capturados por el objetivo de una cámara. “Para ver, hay que saber mirar”, esta es la clave de la fotografía de paisajes, hay que mirar todas las posibilidades que nos brinda un paisaje, las tonalidades, la formas, o los movimientos. Tanto los de un paisaje rural como de un paisaje urbano.
En un paisaje hay muchos motivos por escoger y un montón de valores con los que jugar. Los fotógrafos retratan vistas de sus ciudades, de la vegetación que les rodea, el cielo, etc. pueden ser lugares habitados y repletos de vida o lugares inhóspitos alejados de la mano del hombre. Lugares donde muy pocas personas han podido llegar, y con la fotografía paisajística se nos brinda la oportunidad de poderlos contemplar. Todo esto hace posible la documentación de los diferentes paisajes del mundo, cada uno desde la perspectiva del fotógrafo.
Si nos remontamos a algo de Historia, podemos recordar que meses después de que la fotografía se presentase públicamente, un óptico llamado Lerebours envió a un equipo de fotógrafos por todo el mundo a fin de captar imágenes con destino a su comercialización posterior en la colección "Excursiones daguerrianas". Con esa anécdota comenzaron las primeras fotografías de paisaje comercializadas, lo que hoy en día podemos denominar como postales.
Otra iniciativa similar pero de carácter más científico fue la del Barón Jean Baptise Louis Gros quien, diplomático de profesión, se dedicó a tomar imágenes de los lugares donde estuvo destinado, posiblemente con fines arqueológicos o antropológicos. Gracias a esto, conocemos casi todos los lugares de La Tierra y sus características geográficas, lo que hace sentirnos un poco más dueños de de ella.
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