jueves, 8 de mayo de 2008

El paisaje está en calma y las aguas guardan silencio. Es el atardecer.


Esta fotografía del atardecer nos transmite una gran sensación de tranquilidad y armonía. El día llega a su fin con los mismos colores con los que nace, los colores oscuros de la noche se reflejan a través de la vegetación y la naturaleza está en calma.

Fotografiar este tipo de paisajes requiere una gran habilidad, se debe fijar correctamente el encuadre de los elementos de la naturaleza, la luz que puede deslumbrarnos en muchas ocasiones, las condiciones atmosféricas y las variaciones cromáticas que se nos puedan presentar. En este caso los colores cálidos contrastan con el negro, no hemos de olvidar que tonos como el rojo, el naranja o el amarillo no pueden faltar en una buena fotografía del ocaso.

El cisne es un elemento que equilibra la composición de la foto ya que junto con el sol traza una línea horizontal en la escena. Mientras el animal comienza su camino, el sol ya ha recorrido el suyo. La repetición rítmica del elemento del sol también hace muy particular esta fotografía.

Este paisaje tan bello se aleja cada día más de nosotros, ya que no todos los días podemos presenciar un atardecer de estas características, pero por fortuna, casi siempre hay un fotógrafo que capta la imagen y la distribuye al resto de personas.

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