miércoles, 21 de mayo de 2008

Agustí Centelles



Niños jugando a la guerra © Agustí Centelles, VEGAP, Valencia 2004
Agustí Centelles es el padre del fotoperiodismo español, y se le apodó "el Capa catalán"

Agustí nació en Valencia en 1909, pero su familia se trasladó a Barcelona cuando tenía un año de edad. Entró a trabajar como aprendiz en 1924 en el taller fotográfico de Ramón Baños donde aprendió la técnica del retrato. Unos años más tarde se convirtió en ayudante de Josep Badosa quien le introdujo en el fotoperiodismo. En 1934 se independizó y colaboró en periódicos como La Publicitat, Diari de Barcelona, Última hora o La Vanguardia.

Al iniciarse la Guerra Civil fue destinado al frente de Aragón y se dedicó a realizar reportajes sobre las tropas en el frente. Realizó reportajes sobre la conquista de Teruel y sobre la batalla de Belchite. Fue también colaborador del Comisario de propaganda de la Generalitat de Catalunya y fue el encargado del archivo del ejército de Cataluña en Barcelona.

En 1939 se autoexilió a Francia y se llevó consigo los negativos de aquellas imágenes que consideraba más relevantes. Las tropas franquistas requisaron el resto de los negativos que aún se encontraban en su domicilio y que, posteriormente, se trasladaron al Archivo de Salamanca.

Estuvo preso en diversos campos de concentración donde consiguió salvar sus negativos así como las cámaras fotográficas que se había llevado consigo. Consiguió incluso establecer un pequeño laboratorio fotográfico en el campo de Bram, cercano a Carcassone, gracias a que poseía un carné de periodista expedido por las autoridades francesas.

En 1939 consiguió un permiso especial para abandonar temporalmente el campo de concentración y trabajar en la vendimia. Cuando consiguió trabajo en un estudio fotográfico el permiso se convirtió en definitivo. En 1942 entró en contacto con la resistencia francesa con la que empezó a colaborar realizando fotografías para identificaciones falsas.

Algunos de los miembros del grupo de la resistencia fueron detenidos en 1944 y el laboratorio fotográfico fue desmantelado. Centelles dejó sus negativos en una buhardilla de Carcassone perteneciente a la familia que lo había acogido durante su exilio. Hizo esto porque entendía que no podía volver a su país con un material que, de ser requisado, podía comprometer a las personas que aparecían en las fotografías ante las autoridades franquistas. Tras ello, regresó a Cataluña, entrando por la frontera de Andorra, y se instaló en Reus en donde residió de forma clandestina durante dos años.

En 1946 regresó a Barcelona y se presentó ante las autoridades. Fue juzgado y quedó en libertad condicional.

Su pasado político le impidió dedicarse de nuevo al fotoperiodismo por lo que se decantó por la fotografía industrial y publicitaria, realizando encargos para productos como Chupa Cgups y Anís del mono.

En 1976 se trasladó de nuevo a Francia para recuperar los negativos que había dejado durante su exilio. Las imágenes volvieron a exponerse y Centelles se convirtió en un símbolo de los fotoperiodistas de guerra. En 1984, el Ministerio de Cultura le concedió el Premio Nacional de Fotografía.

En la actualidad sus hijos, Sergi y Octavi, se dedican a dar a conocer la obra de su padre Agustí.





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